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sábado, 1 de octubre de 2011

"COMO SE VA A LLAMAR EL DISCO?"

Durante el último año y medio escuchamos esa pregunta cientos de veces. Y la soñamos aún más. Como era de esperar, hubo muchas respuestas. Pensamos en lo que queríamos decir con este disco. Pensamos en todos y cada uno de los temas. Pensamos en el pasado, mirando hacia atrás, viendo todas las marcas y las huellas y las historias que fue dejando el jabalí a lo largo de estos años. Los rostros, las personas, los momentos, los logros, las dificultades. Pensamos en un futuro posible, e imaginamos la continuación de algo que se estaba gestando, la secuela antes del primer episodio. Pensamos en el presente, esforzándonos, luchando, aprendiendo con humildad, dejando nuestras familias, nuestras actividades cotidianas, comprometidos e involucrados más con cada paso que se daba. Con nuestras dudas, nuestros golpes y errores. Con las risas y, por qué no decirlo, con las lágrimas también. "Cómo se va a llamar el disco? No sabemos, estamos viendo opciones..."
 
Grabar este disco, lanzarse a esta aventura fue difícil desde el principio. Fue un salto de fe. Inevitable. Saltar sin red. Aún con las dudas que tuvimos, en realidad sabíamos que no había otra respuesta: sigamos adelante, hagamos un disco. La intensidad con la que lo vivimos, los problemas y circunstancias que enfrentamos, la alegría que sentimos ahora. Todo, absolutamente todo es genuino. Forma parte de nosotros porque lleva nuestra marca, nuestra esencia, nuestro modo de ver y oír, de sentir y de pensar. Y este viaje también nos transformó. No somos los mismos.

A través de todo este tiempo, las canciones cambiaron de dueño. Pasaron a ser de todos aquellos que escuchando nuestra música la hicieron propia. Todos los que se encontraron a sí mismos en una canción, en una historia, en un solo de guitarra, un break de batería, un bajo frenético, un grito visceral. Todos y cada uno de ellos fueron dandole a este proyecto, a este viaje, una marca particular y única. De este modo, cada canción y cada show se transformó en un punto de encuentro, un encuentro no sólo físico o temporal. Como artistas, nos alimentamos de ese encuentro con el otro y de ese encuentro con el momento. Ese lugar de conexión, esa complicidad de los acordes, esa intuición para gritar o para callar. Ese deseo imparable de sacudir las sensaciones, de exponernos y encontrarnos en un puñado de canciones, quizá el único lugar seguro que nos queda.

Sigamos adelante, hagamos un disco... Desde esa decisión, desde ese lanzarse al viaje, viaje incierto y sorprendente, con toda nuestra ignorancia y nuestra capacidad, con todas nuestros aciertos y nuestros errores, de a poco fue surgiendo algo más. Con la entrega de todos los que formamos parte en esto, comenzó a sonar algo dentro. Primero como un susurro casi imperceptible. Luego, con el paso del tiempo, ese susurro se fue haciendo cada vez más fuerte, más nítido. De algún modo fue haciéndo lugar, corriendo cables y guitarras, tachando y reescribiendo borradores, soñando su propia forma y su propia identidad. Fue creciendo, lo fuimos conociendo y reconociendo. Y sin darnos cuenta, nos reconocimos en esa energía. Ya no había dudas, el círculo se cerraba: teníamos el nombre. Siempre lo tuvimos.

Esperamos que este disco también cambie de dueño, igual que las canciones. Y también que este disco tenga lugar en la vida diaria de todos los que lo escuchen. Que se reconozcan en estas historias, en estos sonidos, en estas palabras. Que lo saboreen una y otra vez. Que lo redescubran y que se redescubran al mismo tiempo. Al igual que nos redescubrimos a nosotros mismos en el viaje.

Cómo se va a llamar el disco?
El único nombre posible es JABALIMARIA

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